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viernes, 25 de noviembre de 2011

La Plaza de la Paja de Madrid.

El Barrio de La Latina está delimitado al norte por la calle Segovia, el oeste por la calle Bailén, al este por la calle Toledo y por el sur por  la plaza de la Cebada y la Carrera de San Francisco desde donde se puede contemplar la hermosa Iglesia de San Francisco el Grande inaugurada en 1784 por Carlos III. 


Se corresponde con el espacio que configuró el primer recinto urbano de Madrid en la época Medieval que estuvo rodeado por una muralla de la que todavía hoy quedan vestigios. 


Esta amuralla es herencia de la época musulmana. 


Los condicionamientos geográficos hicieron que Madrid fuese un lugar elegido por los árabes como fortaleza avanzada para la defensa de todo el valle del Tajo y de Toledo. En la muralla había una serie de puertas que daban a los caminos más importantes, con el tiempo estos caminos se irían convirtiendo en las calles que vertebraran la ciudad. 


Según Mesonero Romanos, el recinto amurallado en tiempos de Alfonso VI sería el siguiente;  Arrancando por detrás del Alcázar seguía recto hasta la Puerta de la Vega (hoy calle Mayor/calle Bailén) continuando por la calle Bailen y descendiendo a las huertas de Lozacho (hoy calle Segovia), remontaba hasta las Vistillas para meterse por la calle de los Mancebos y saliendo a San Andrés, antigua fortaleza menor, seguía a Puerta de Moros, desde allí tocando en los límites de la Cava Baja y calle del Almendro llegaba a Puerta Cerrada, subía por la Cava de San Miguel hasta la calle Mayor, llamada durante mucho tiempo de las Platerías; en linea recta iba por la calle Milaneses, continuando por las calles del Espejo y la Escalinata a los Caños del Peral torciendo por último hacia el Alcázar.

La unión de la zona del Palacio Real con Las Vistillas salvando la gran vaguada de la calle de Segovia. se consegue con la construcción de un viaducto, el primero data de 1874 construido con hierro. Sin embargo fueron importantes las reformas que se tuvieron que acometerse en 1921 y 1927, aunque a pesar de ello se decidió la construcción de uno nuevo que se inició en 1934 y se concluyó en 1942.

La plaza de la Paja recibe su nombre de la costumbre  que se tiene desde el siglo XV de vender la paja que se daba al capellán y cabildo de la capilla del Obispo para mantenimiento de la mula que los citados capellanes utilizaban para pasear. 


En el siglo XIII era el lugar de mercado y centro de la villa, hasta que Juan II mandó construir la Plaza del Arrabal, que luego se transformó en la Plaza Mayor. 


La plaza de la Paja esta presidida por la capilla del Obispo que fue ideada para albergar el cuerpo de San Isidro aunque al final no se utilizó para tal fin. 


En los alrededores de esta plaza estaba las casas-palacios de los Lasso de Castilla, de los duques del Infantado,  de los marqueses de Villafranca del Bierzo y de los condes-duques de Benavente.



Pedro Caro y Salas, IV marqués de la Romana. Casa en 1826 con
Tomasa Álvarez de Toledo y Portocarrero, XIV duquesa de Montalto, hija de Francisco de Borja Álvarez de Toledo y Gonzaga, XVI duque de la Casa Ducal de Medina Sidonia, y de Tomasa Josefa Palafox y Portocarrero, hija de Felipe Antonio de Palafox y Croy d'Havré y Centurión, hijo de los VI marqueses de Ariza, y de María Francisca de Sales Portocarrero y López de Zúñiga, VIIcondesa de Montijo.

Padres de Pedro Caro y Álvarez de Toledo, V marqués de la Romana. Padres los IV marqueses de la Romana tambien de Rosalía Caro y Álvarez de Toledo que casa con su primo hermano en 1846 con José Joaquín Álvarez de Toledo y Silva, primo-hermano, XVIII duque de la Casa Ducal de Medina Sidonia, con sucesión en Medina Sidonia, y de Carlos Caro y Álvarez de Toledo, conde de Caltavuturo, que casa en 1857 con su prima Encarnación Caro y Gumucio, hija de Ventura Caro y Caro, bisnieto de los I marqueses de la Romana, y de Carmen de Gumucio Barrientos. Padres igualmente de Carmen Caro y Caro, que casa con Carlos Rúspoli y Álvarez de Toledo, III duque de la Alcudia, III duque de Sueca, XVII conde de Chinchón, asesinado en Madrid en 1936. Con sucesión en los duques de Alcudia, y de Rosario, Rosalía, Caro y Caro, que casa en 1893 con su primo Joaquín Álvarez de Toledo y Caro Pérez de Guzmán el Bueno, XIX duque de la Casa Ducal de Medina Sidonia, con sucesión en Medina Sidonia.

Su titular es Leoncio Alonso González de Gregorio y Álvarez de Toledo, XVIII marqués de Villafranca. Su hermana María del Pilar Leticia González de Gregorio y Álvarez de Toledo ostenta actualmente el ducado de Fernandina.





Durante el siglo XIX se sustituyeron por edificios de viviendas para las clases populares con la finalidad de obtener rentas, forma de inversión de las clases mas acomodadas. 


Hoy en día sólo queda el antiguo palacio de los Vargas como prolongación de la capilla del Obispo.

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